lunes, 1 de agosto de 2011

LA ESENCIA DEL CRISTAL




Trabajar con los cristales ha sido una de las experiencias mas reveladoras en mi vida.

Comencé a sentir su presencia hace algunos años y me maravillé. Vi que su cercanía producía en mi interior sensaciones de paz, purificando mi aura y equilibrando mis emociones y espíritu, si estos estaban con la energía baja o por el contrario con exceso de ella.

Hoy creo que la esencia cristalina que mora en cada piedra, me descubrió a mi mucho antes que yo reparara en su presencia y, como todo sabio, me esperó para interactuar al mismo tiempo.

La conciencia humana vive distintas etapas a lo largo de la vida, durante la niñez y adolescencia, va tomando del mundo sensorial lo que luego imprime en su archivo vital como experiencia, haciendo uso de esos datos cuando las necesidades lo requieran.

Es decir, que mientras estamos acumulando esas vivencias, tomamos indiscriminadamente todo lo que viene hacia nosotros para utilizarlos como recursos operativos.

Cuando llegamos a una edad mas avanzada, donde el espíritu progresó a lo largo de un recorrido mas o menos dificultoso, soltamos aquello que ya no nos sirve por que el aprendizaje ya se realizó y esa información guardada en nuestro interior fue transmutada.

Llegamos al punto donde ya somos seres que ascendimos ciertos niveles y si hemos sido alumnos aplicados, todo lo aprendido lo volcamos en aquellos que comienzan su camino de vida.

Somos puentes-maestros, entre los que casi estamos llegando y los que inician el ascenso a la cima de la evolución.

Los cristales también son puentes de unión entre su sabiduría milenaria y nuestro desconocimiento humano.

Sin embargo, el cristal no necesita vivenciar etapas en su evolución, él ya trae desde las entrañas de la Madre Tierra todo el conocimiento que ella le imprime para luego irradiar hacia nosotros sus cualidades cristalinas, modificando así, nuestro campo energético.

En cambio nuestro origen es cósmico, descendemos de los planos superiores y no entendemos, muchas veces, que es esto de tener un cuerpo material si hasta hace unos instantes eramos un alma liviana y sin ataduras.

Pero en su esencia late el deseo de avanzar, para lograr algún día la unificación con el Alma Infinita y eso la empuja a encarnar en este plano donde los cristales nos esperan.

Si fusionamos sus patrones cristalinos con nuestra misión de vida de servir a los mas altos propósitos, obtenemos la unión de la conciencia del cristal, perenne e inmutable con nuestra conciencia mutable y potencialmente divina.

Este enlace energético de los planos espirituales, producen la alquimia que genera la sanación y transformación en el ser humano y en el cristal.

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