martes, 11 de marzo de 2014
DIAMANTE
Cuando uno mira al diamante, sus incontables reflejos y refracciones, comienza a darse cuenta de lo increíble de esta joya de las Estrellas. Es la única piedra que nunca necesita recargarse ya que constantemente envía prismas iridiscentes multifacetados en todas direcciones, en todo momento.
Refleja la forma más pura de la verdad y confianza Divina. También conocida como la piedra de la pureza e inocencia, equilibra el amor aunque consistentemente y lo refleja en su naturaleza.
Denota una relación equilibrada cuando es dada por un compañero y si no, trabajará
con la persona a lo largo de su vida para llevar su verdad en equilibrio.
Inspira la creatividad, la imaginación y lo mueve a uno a estar en contacto con los propios sueños e ideales más elevados.
Despeja el espacio dentro del aura ya que sana todos los aspectos del ser insatisfecho. Sólo trabaja con el centro coronario llevando equilibrio entre las realidades celestial y física.
Crea abundancia y manifestación en todos los niveles e inspira a uno a ser la propia estrella divina mediante la directa comunicación con el Ser Maestro.
Puede usarse para sanar todos los aspectos y modalidades estipulando que quien lo usa es puro de intención. Es una poderosa piedra maestra resonando con la vibración maestra 33.
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