Según una leyenda, Baco, el dios del vino, había sido insultado por un mortal, y prometió que soltaría sus tigres sagrados sobre el próximo mortal que pasara.
Ese mortal era una doncella llamada Amatista. Con el fin de protegerla de los tigres de Baco, la diosa Diana la convirtió en una estatua de cuarzo.
Al ver esto, Baco estaba tan arrepentido que lloró lágrimas de vino sobre la doncella. Las uvas del vino transformaron la estatua en color púrpura. Y así nació la Amatista.
Ángeles Rodeiro
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